De motivo a inspiración (parte 2)

 


Siguiendo la historia que les contaba de como un motivo se vuelve una inspiración. La inspiración la  seguí encontrando en todas partes, regresando a mi yo de 5 años; a esa niña que le encantaba ver a los pajaritos, flores y animalitos que se podía encontrar en el jardín de sus abuelos, esa niña realmente se fascinaba por las cosas que la rodeaban.

El jardín solo se volvió el comienzo de algo que futuramente no podría dejar de ver o pensar. Pero, hagamos un regreso al pasado, todos y cada uno de los que estamos leyendo este blog, empecemos con algunas preguntas, la primera pregunta es tan sencilla que incluso nos hará sonreír y es: ¿Recuerdas las cosas que te maravillaban de niño?



¿Recuerdas lo que las cosas te hacían sentir?, ¿Cuándo te enojabas o brincabas de felicidad por salir a jugar?, ¿Lo que sentías al caerte cuando jugabas o lo que pensabas por llorar cuando algo no te gustaba?, ¿Recuerdas lo que sentías cuando veías a tus amigos esperándote afuera de tu casa para salir a correr o salir a jugar en bicicleta?

Todas esas preguntas también se vuelven una inspiración, porque nos vuelve nostálgicos, nos vuelven susceptibles al cambio, a algunas personas más que otras porque nos hace recordar, todo eso desde los 5 años se volvieron importantes para mí porque todo el tiempo quería recordar, no quería olvidar nada, eso sin saberlo al pasar de los años se volvió un motivo más para tomar fotografías.

Por eso es importante jamás olvidar a tu niño interior, ese que escucha, el que llora, el que es feliz con cosas tan tontas, el que te inspira a nunca olvidar porque empezaste a hacer algo, el que siempre te ha acompañado y te recuerda porque te gusta lo que te gusta.

¡Aquí dejo un video para que vuelvas el tiempo atrás! 

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