De motivo a inspiración (parte 1)



He estudiado fotografía desde que tenía 14 años, de hecho, desde que estaba más pequeña me llamaba mucho la atención los colores y como estos resaltaban de las cosas. Recuerdo estar acostada en una recamara en casa de mis abuelo y esta recamara me gustaba mucho porque entraba luz directa por la mañana, incluso después de las 6:00 am se podían escuchar y ver a unos pajaritos llamados “primaveras” todos los días.

Otra de las cosas que siempre ame ver; es el jardín de la casa de mis abuelos. Mis abuelos hasta la fecha son amantes de las plantas, tienen orquídeas, helechos, nochebuenas, jazmines, infinidad de plantas y árboles. A mí no me emocionaba jugar con muñecas, me emocionaba ver como las abejas, hormigas, gusanos, mariposas, a casi todos los insectos; llegaban y se quedaban en ese jardín.


Ese fue mi comienzo por “la pasión a observar”, creo que también ha sido una de las cosas por las cuales termine envuelta en la mercadotecnia, el hecho de analizar, ver, escuchar, distinguir, conocer y observar siempre ha sido un; “necesito que…” dentro de mí. Me cuenta mi papá que era amante de la fotografía inclusive antes de que yo tuviera memoria de algo.

En mis recuerdos, el simple hecho de ver a la gente; es algo que siempre me ha gustado. Las expresiones y movimientos que algunas personas tienen me parecen muy curiosas, y todas esas cosas se pueden ver en una fotografía; entre la textura, sombras, luz y pigmentación, se vuelven al principio un motivo y terminan siendo una inspiración para tomar una fotografía, en una imagen pueden quedar plasmadas muchas cosas y es algo hermoso poder aprender a apreciarlas.

¡Aquí les dejo una historia para que se inspiren y animen a tomar fotografías! 

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